Autobiografía

                                                                                     Punto de quiebre. 


 Este es quizá el recuerdo más vívido que invade mi memoria, las cortinas verdes, el colchón viejo y duro, la pijama azul clara con líneas más oscuras que casi siempre  usaba , la fría madera a mi espaldar, tres cobijas por el intenso frio que hacia esa noche, el televisor prendido en national geographic Channel, la casa habitada solo por mí y la empleada, pues el resto de mi familia estaba de viaje cuidando a mi abuela, todo parecía una noche aburrida. Hasta que en cierto momento de la noche el teléfono fijo sonó en el cuarto de mi abuelo, me levante a contestar, como siempre lo hago, lo primero que escuché fue la voz de mi prima Johana entre sollozos, ella al escuchar mi voz se congelo por un momento y me pregunto: “¿cómo estas?”, y yo respondí  “bien” sin titubear, y de pronto ella, sin ninguna razón, me dijo que pidiera algo de comer, sin chistar le dije que bueno, yo feliz pidiendo comida a domicilio; rápidamente me dijo que le pasara a la empleada. En seguida grité : “Dianaaaa, el telefonoloo ” con todas mis fuerzas, espere a que ella respondiera y le pase a mi prima.

En seguida escuché a mi prima decir : “Juan ya colgó”, automáticamente la curiosidad que siempre me caracterizó se apoderó de mi, sin haberme causado problemas en el pasado,  se activó no hay nada más atractivo que lo prohibido después de todo.  Me quedé en silencio y escuché atentamente, sin pensar que lo que escucharía me cambiaría para el resto de mi vida, “falleció”, dice entre llantos mi prima,  Diana se queda en silencio por el impacto del mensaje, y yo lo primero que pienso es en colgar el teléfono, lo mas suavemente sobre su base, derrame un par de lágrimas sobre el escritorio, atónito, asustado, triste... Sentía que una parte de mi vida se iba con esa simple palabra, me limpio los ojos y corro directamente al cuarto sin decir nada. El vacío más grande que puedo imaginar se apodera de mí ,  ya no hay tristeza ni rabia, o quizá un nivel totalmente nuevo de estas emociones, o más bien una emoción recién descubierto , melancolía, eterno vacío…

De pronto el timbre de la casa sueno, y el hermano de mi abuela  llegó a cuidarme, tranquilamente lo saludo y me vuelvo a acostar. Después de un rato llega con una silla al cuarto y se sienta al lado mío, con los ojos rojos, y sin saber que yo ya me habia entere de la verdad, me pregunta: “¿ya pediste la comida?”. sin ningún problema le respondo: “no,  no tengo hambre”, utilizando una sonrisa falsa, una máscara que desde ese momento podría usar cuando la necesitará el resto de mi vida , esforzándome por no exponerme, no quería que  se diera cuenta, cerré los ojos y concentre todas mis energías en dormir. Quería que fuera una mentira,  una pesadilla de la cual al dormir y despertarme iba a desaparecer. Lastima entendí ese día también, que aunque las pesadillas pueden ser aterradoras, no le hacían frente a lo que la realidad podía hacerte sentir.

¿No es curioso cómo todo puede cambiar en tan poco tiempo?,¿ cómo una noche que pudo haber sido como cualquier otra, puede transformar tanto a una persona, mostrarle partes de su personalidad que jamás habían salido a la luz o llevarse otras por las que se caracteriza?, muchos dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Pero , yo sabía perfectamente lo que ella significaba para mi, pues ella fue prácticamente mi madre, la que me enseño y cuido la mayor parte de mi infancia, pero nunca se me paso por la cabeza la idea de que podía perder la, que de alguna manera viviría para siempre. No obstante de esa noche no fue del todo mala, cuando tocas el fondo ya no queda sino subir. Y utilizando lo que aprendiste mientras caías, esa noche entendí que nada en la vida es para siempre, no importa si es muy bueno o muy malo, entendí que la vida es corta y que lo único que vale al final de esta es el recuerdo que las personas tienen de nosotros, entendí que la vida no necesita un propósito mas lejano que el de ser feliz y aprovechar cada respiración y latido que nuestro cuerpo es capaz de dar, entendí que una recompensa después de la vida es inútil si no aprovechaste la vida misma, entendí que sentimientos como la rabia, la tristeza y la frustración; solo te nublan y te desconcierta, entendí que la mayor parte de las cosas por las que sufrimos y nos estresamos suelen ser minucias frente a lo que un problema real puede representar. Y en el momento que todo termino, el día siguiente, supe que jamas me quería volverme a sentir igual y que iba a hacer lo posible porque nadie cercano a mi se sintiera de la misma manera, quizá esa la razón por la que  busco la manera de hacer sonreír a la gente a mi alrededor. 

Tal vez muchos de ustedes se pregunten ¿por que me esforcé tanto en que nadie se diera cuenta que yo me había enterado? O ¿por que al día siguiente cuando vi a toda mi familia, continúe usando la máscara para no mostrar lo que realmente sentía? , la respuesta es muy simple en realidad, por que cuando vi a toda mi familia ropa y desconcertada sin una idea clara de que hacer ahora, y a mi abuelo mi ejemplo a seguir de toda la vida sin palabras y sin un plan, como el que siempre tiene, supe que alguien más tenía que tomar el puesto que mi abuela dejo, el de permanecer tranquilo y firme en el momento en que nadie más puede, el que siempre buscaría  una solución para los problemas que tranquilizaba a todos . Sabía que en ese momento mi niñez había acabado y que tenía que afrontar a mi muy corta edad el puesto de ella. 





5 comentarios:

  1. Hola Juan, me gusta la manera en la cual me pones en la época en la que se desarrolla tu texto, te invito a que mejores la manera en la que desarrollas las ideas. Muchas gracias por tu atención.

    ResponderBorrar
  2. Hola Juanda muy emotiva tu historia, por un momento me sentí parte de ella, como que era yo quien estaba en la casa. Me parece que la cohesión entre todo es muy buena.

    ResponderBorrar
  3. Hola Juanda muy emotiva tu historia, por un momento me sentí parte de ella, como que era yo quien estaba en la casa. Me parece que la cohesión entre todo es muy buena.

    ResponderBorrar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  5. Hola Juan.
    En términos generales me gusto tu texto. Sin embargo, creo que deberías revisar tu texto nuevamente para esclarecer el mensaje que quieres trasmitir, porque en cierto punto de tu escrito y para ser más exactos en la transición entre la introducción – cuerpo y cuerpo-conclusión hay “saltos” o “vacios”, obligando al lector a llenar estos “vacios” de forma deductiva basado únicamente en lo poco que escribes y el imaginario propio, este hecho finalmente corrompe la idea que quieres trasmitir realmente al lector.
    Para finalizar aquí hay algunas preguntas y pensamientos que como lector me surgieron cuando leí tu texto que pienso podrían ayudarte en la reescritura: deberías describir mejor o ampliar la relación con tu abuela, ¿ya sabias que estaba enferma?, ¿tus padres estaban de viaje realmente? o es lo que te dijeron, y si estaban de viaje ¿era para visitar a tu abuela enferma?, ¿Qué hace a tu abuela tan especial?, es decir ¿Por qué la querías tanto? Y sería bueno también escribir mas sobre el conflicto sentimental que refieres tuviste al enterarte de la noticia para que el lector haga un mejor vínculo entre el contenido del inicio y el desarrollo, y la conclusión reflexiva que expones.
    Que tengas un buen día.

    ResponderBorrar